Y eso por no hablar de los muñecos, al os cuales les ponías tú mismo la armadura (y ahí acababa la diversión, pero oye, cuando eres pequeño repetir lo mismo mil veces ni cansa , ni aburre, ni nada).

En los ojos del joven arde la llama. En los del viejo brilla la luz
pues mira tu k bien k si dios kiere el domingo los vas a ver hasta de carne y hueso, garantizado!! ^^ muackaaaa!
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