Al principio, todos quedamos sorprendidos con el famoso vídeo de David, un niño que, tras visitar al dentista, quedaba sospechosamente alterado (o quizá normalmente sea así, pero parece algo poco probable). Para quien no lo recuerde, aquí está:
Qué simpático. El caso es que el bueno de David quedó como un simple niño loco que no le hacía mal a nadie. Lo grave del asunto es que el trastorno del ya muchas veces mencionado David no es nada comparado con el de una niña llamada Lucía, y que, para más inri, parece española. Tal niña nos expresa en este vídeo sus deseos:
Y esta niña, o alguno de sus semejantes contemporáneos, serán los médicos, gobernantes y personas armadas del futuro. Da cosica pensarlo.
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Hace 12 años