(...) ...para la vuelta no os preocupéis, amigo viento y nube blanca; andaré solitario por veredas en la noche solitaria; comeré en cualquier camino frutos de sueños y hojas invisibles y cualquier día volveré a ver pasar por mis sierras, con la lluvia, con la nube y con el viento a mi ejército de sueños, aún errantes.